En muchas ocasiones los revestimientos se ven afectados por lesiones, las
cuales son perjudiciales para el sustratoy presentan a éste
como una construcción vieja y deteriorada.
A continuación describiremos las lesiones más frecuentes, las
causas que las producen y las soluciones más adecuadas para combatirlas.
Estas aperturas que se producen en la masa del revestimiento y a través de las cuales penetran el agua y otros agentes nocivos, provocan el deterioro de los revestimientos y del sustrato. Dichas fisuras y grietas pueden clasificarse como vivas si la separación entre labios varía o como muertas si por el contrario permanecen inamovibles a lo largo del tiempo.
Los orígenes posibles de la aparición de estas aberturas son debidos a:
Para conseguir un secado correcto la capa de pintura ha de ser poco gruesa, hay que trabajar en unas condiciones atmosféricas favorables, vigilar que el disolvente a emplear sea el adecuado y que la ventilación sea buena.
En ocasiones una vez aplicada la capa de pintura, aparecen unas sombras o transparencias que conllevan la diferencia de tonos del color de la pintura según esté encima de las llagas (juntas de cemento que unen los ladrillos) o de los bloques (ladrillos) del sustrato.
Estas apariciones pueden ser debidas a:
Siempre que haya entradas de agua en la construcción, se debe reforzar o reconstruir dicha construcción.
Los cambios de color en un revestimiento no tienen por qué perjudicar a la capacidad de protección que tiene esa pintura, lo que sí producen es un desequilibrio en la estética del soporte.
Cuando aparecen esos cambios de tonalidad se puede deber a:
La carbonatación es la aparición de manchas blanquecinas a los pocos días de la aplicación del revestimiento. Estas manchas, compuestas por la sales cálcicas del cemento, aparecen cuando la aplicación de los morteros se ha llevado a cabo con temperaturas ambientes inferiores a 7ºC y con una humedad relativa superior al 65%.
También es posible que aparezcan si se han originado lluvias considerables durante los 8 días posteriores a la aplicación.
Para eliminar las eflorescencias aparecidas, lavaremos la superficie con una mezcla de 1 parte de ácido clorhídrico y 10 de agua. Cuando la superficie esté limpia y seca, aplicaremos una capa de pintura a toda la superficie afectada.
En ocasiones una vez aplicada la capa de pintura, aparecen unas sombras o transparencias que conllevan la diferencia de tonos del color de la pintura según esté encima de las llagas (juntas de cemento que unen los ladrillos) o de los bloques (ladrillos) del sustrato.
Estas apariciones pueden ser debidas a:
Siempre que haya entradas de agua en la construcción, se debe reforzar o reconstruir dicha construcción.
La penetración del agua en las construcciones a través de los muros, la humedad que se produce en las paredes interiores de los edificios,... conlleva el deterioro de los yesos, pinturas y recubrimientos apareciendo mohos, musgo, eflorescencias,...
Para que estas filtraciones no se produzcan, debemos recubrir la parte externa de la construcción con un revestimiento impermeable que impida la penetración del agua de lluvia y que por otra parte permita la transpiración, o sea, la difusión del vapor de agua a través de la película, para que el muro pueda secarse.
En el caso de que el aspecto externo de la fachada no permita aplicar una pintura, debido al acabado de la construcción como en el caso de los revocos especiales, piedra natural, obra vista, etc. tenemos que recurrir a otros sistemas de protección como los productos hidrofugantes, que modifican la tensión superficial y provocan una repelencia al agua impidiendo que ésta penetre en los poros del material y haciendo que escurra la lluvia por la superficie.